Quelites


Sobre todo en la época de lluvia y en entornos circundantes a la milpa, en México emergen hierbas salvajes, muchas veces consideradas como enemigas del cultivo, pero que han sorprendido por sus propiedades nutricionales. Aunque no han dejado de consumirse desde tiempos prehispánicos, y fueron también largamente despreciadas en la cultura popular, por suerte hoy están siendo revaluadas. A estas hierbas silvestres, comestibles, se les llama quelites y protagonizan exquisitos guisos.
En México existen, según datos de la CONABIO, alrededor de 358 especies de quelites; aunque solo estamos familiarizados con unas treinta de estas. Entre muchos pueblos del país los quelites encabezan la dieta complementaria, conjugándose increíblemente con la base tradicional de la alimentación, es decir maíz, frijol, calabaza y chile.  
Los quelites en los códices
En el Códice Florentino, fiel registro de la vida prehispánica y extraído de los informantes de Fray Bernardino de Sahagún pocos años después de la conquista, aparece un individuo recolectando quelites que bien podrían corresponder al quintonil o al huazontle.
Además, en la Historia General de las Cosas de la Nueva España, también de Sahagún, en el libro undécimo, capítulo VII,  se dedica a los quelites dos párrafos en los que se apunta que se dividían en las “yerbas comestibles cocidas” y “yerbas que se comen crudas

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